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Tahití y sus islas…. un retrato.
En el Pacifico Sur Tahití y sus islas se ubican a alrededor de 17.100 Km. de las metrópolis. Se extienden sobre un territorio marítimo de 4 millones de km2, superficie equivalente a la de Europa. La superficie de sus tierras emergentes, repartidas en 118 islas, diseminadas, cubre 4.000 km2.
La isla de Tahití, en el archipiélago de la sociedad, se encuentra a 1º32 de latitud sur y 149º34 de longitud oeste. Situada entre California (6.200 Km.) y Australia (5.700 Km.) está a 8.800 Km. de Tokio y a 7.500 Km. de Santiago de Chile.
Las 118 suntuosas islas se esparcen en cinco archipiélagos distantes, y con caracteres muy diferentes, cuyos habitantes adaptan el siglo XXI a los ritmos ancestrales del océano y del sol.
Estos cinco archipiélagos componen las islas de Sociedad (que reagrupan las Islas del Viento y las Islas Bajo el Viento), las Tuamotu, las Gambier, las Islas Australes, así como las Marquesas.
¿Cómo llegar a las islas?
Viajes Scibasku le recomienda viajar con Air France o Tahiti Nui vía Paris y Los Ángeles, o con la New Zealand vía Europa y Nueva Zelanda…
Sumergirse en el azul cristalino de las lagunas, en los pasos coralinos o en el océano y poder observar las estrellas de mar, es posible. La Polinesia Francesa tiene reputación de ser un verdadero paraíso en la tierra, pero el fondo de sus aguas, menos conocido y frecuentado por los hombres, está también a la altura. Es suficiente sumergirse simplemente con aletas para emerger maravillado. La diversidad de sus islas sólo es igualada por la de sus fondos marinos.
En Tahiti, como en sus islas, todo es historia y encuentro. El encuentro entre un mundo aún virgen y los amantes de las inmersiones. Del lado de las islas de la Sociedad, las rayas saludan a los recién llegados. Los peces payasos sacan tímidamente la cabeza de las anémonas para saludar a sus huéspedes. Los masivos corales de brillantes colores rebosan de una vida insospechada, como las naves hundidas que encuentra nuevos ocupantes. Es el caso del Nordby cuya tripulación está compuesta hoy en día de nudibránqueas moteadas. Las caídas vertiginosas que se clavan en los abismos misteriosos causan la admiración de los buceadores. Los aficionados al buceo más excitante pueden aventurarse con las múltiples especies de tiburones que rodean los atolones Tuamotu. Es el último lugar del mundo donde aún se pueden encontrar tantos tiburones: grises, oceánicos, martillo, tigre… que en ocasiones hacen el papel de estrella frente a las cámaras de los aficionados. Se cruzan igualmente las manta rayas en vuelo, los veleros que pasan, delfines acróbatas o majestuosas mantas. Las mantas rayas y los tiburones martillo se encuentran por decenas en las aguas de las islas Marquesas. Además, los anfibios que acepten cambiar su botella por un simple tubo, pueden nadar con las imponentes ballenas jorobadas en busca de un poco de descanso, en las generosas aguas de las islas Australes. Con un poco de suerte, verán a las mamás iniciar a sus crías en los juegos de cabriolas, y escucharán el melodioso canto del macho amoroso.
Una de las mayores atracciones de Tahití y sus islas son sus cálidos mares del sur. Una amplia variedad de fauna marina se revela en los fondos que rodean a las islas. Como preludio a aventuras más emocionantes, se abren ante el viajero bancos enteros, casi a flor de agua, de peces mariposa, peses ángel y peces payaso, siempre acechados por grandes rayas por encima de los arrecifes de coral.
Para deleite del submarinista, hay 118 islas en el archipiélago de la Polinesia francesa, henchidas de incontables recursos. La invitación a explorarlas es irresistible tanto para veteranos como para principiantes.
En las islas de la Sociedad se encuentran las islas de Barlovento (Tahití, Moorea y Tetiaroa) y las de Sotavento (Huahine, Tahaa, Bora Bora y Maupiti).
Estas islas emergen desde las profundidades el Pacífico hasta sus impresionantes cimas.
Los atolones son refugio de gran variedad de peces tropicales y corales, entre ellos, y en Tahití, la ondeante gorgona, única en el mundo que raras veces se incluyen en los itinerarios turísticos.
El cuidado especial que se ha tenido por la conservación ambiental ha permitido el contacto con especies que de otro modo se habrían extinguido.
Las islas de Sotavento son célebres por ser guarida de gran variedad de rayas, barracudas y tiburones. Hasta los más avezados submarinistas correrían emocionantes aventuras a la vistas de enormes depredadores que merodean las mareas que anima los atolones del archipiélago de Tuamotu.
Más al norte las fuertes corrientes de Pacífico han tallado en el fondo una imagen idéntica a las islas Marquesas. En sus cimas, cuevas y cañones habitan rayas manta y peces martillo. Aquí la naturaleza se ha conservado inalterada y ofrece un panorama distinto al de Tahití y sus islas.
En las islas Australes el viajero se encontrará con ballenas rorcuales. En invierno estas ballenas se refugian en atolones y dejan oír sus voces.